El restaurante Taurino “El Taquito”, un histórico emblema de la gastronomía y la cultura mexicana, ha iniciado una nueva etapa tras cerrar sus puertas en el Centro Histórico de la Ciudad de México después de 107 años de funcionamiento.
El restaurante, que fue fundado en 1917, reabrió sus puertas el 18 de septiembre de 2024 en la colonia San José Insurgentes, específicamente en la calle Miguel Noreña número 25, alcaldía Benito Juárez, con la esperanza de continuar su legado por otros cien años más. La decisión de mudarse fue tomada por la familia Guillén, quienes han dirigido el restaurante a lo largo de cuatro generaciones. El cambio se debió al creciente comercio informal que ha invadido las calles de su ubicación original en la calle Del Carmen 69, esquina con Bolivia, en el Centro Histórico. Según Marcos Guillén, junto con su hermano Rafael, propietarios de El Taquito, “ya no era posible que nuestros clientes nos visitaran” debido a las dificultades de acceso que presentaba el comercio ambulante, afectando tanto a comensales como al personal. Este factor fue determinante para tomar la decisión de trasladar el negocio a una zona más accesible, donde pudieran seguir atendiendo a su fiel clientela y atraer nuevos visitantes.
107 años de experiencia gastronómica
El Taquito fue originalmente fundado por los abuelos de Marcos y Rafael Guillén Hernández, Marcos Guillén González y Conchita Rioja, quienes comenzaron el negocio como una pequeña recaudería, vendiendo frutas y verduras. Sin embargo, las carnitas que cocinaba Don Marcos se volvieron tan populares que pronto se decidió abrir el restaurante. Desde entonces, el lugar se convirtió en un punto de encuentro para figuras destacadas del cine, la política, la realeza y el espectáculo. Entre sus visitantes más famosos se encuentran Marilyn Monroe, Mario Moreno “Cantinflas”, Pedro Infante, Germán Valdez ” Tin Tan”, María Félix, e incluso el príncipe Carlos de Inglaterra, hoy rey Carlos III. También sirvieron comida al Papa Juan Pablo II en su primera visita a México en 1979. El restaurante fue siempre más que un lugar para comer; era un espacio donde los comensales podían disfrutar de una rica historia visual gracias a las innumerables fotografías de celebridades que decoraban sus paredes. De las 1,800 fotos originales que decoraban su antiguo local, solo 300 han podido ser rescatadas para la nueva ubicación.
Entre las más emblemáticas, destaca la imagen de Marilyn Monroe comiendo un taco de gusanos de maguey, considerada una de las joyas de la colección. Una Tradición Familiar: A lo largo de más de un siglo, El Taquito ha sido dirigido por tres generaciones de la familia Guillén. Tras el retiro de uno de los hijos de los fundadores, Enrique Guillén, el restaurante quedó en manos de Rafael Guillén Rioja, David Guillén Rioja, y Caridad Hernández, quienes formaron parte de la segunda generación. Actualmente, los hermanos Marcos y Rafael Guillén dirigen el restaurante, con el apoyo de sus hijos, quienes ya comienzan a involucrarse en la gestión del negocio, asegurando la continuidad de la tradición familiar. Carla Guillén, hija de Marcos Guillén y chef del restaurante, es parte de la cuarta generación que ha comenzado a dejar su huella en El Taquito. Bajo su dirección culinaria, el menú ha sido actualizado para mantener la tradición, pero también adaptarse a los nuevos gustos de los comensales. Los platillos más emblemáticos del restaurante, como las carnitas, los tacos borrachos y el mole poblano, continúan siendo los favoritos del público, pero también se han añadido especialidades nuevas, como el aguachile de cecina de res. El Nuevo Local: Preservando la Esencia del Pasado. El traslado a la nueva ubicación fue una experiencia agridulce para la familia Guillén. Según Carla Guillén, fue difícil despedirse del lugar donde habían crecido tantos recuerdos familiares y atendido a tantos personajes icónicos, pero también fue emocionante ver cómo el negocio renacía en un espacio renovado. La familia se esforzó por traer consigo los elementos más representativos del antiguo local, incluidos los mosaicos originales y las fotos de los famosos clientes que alguna vez cruzaron sus puertas.
Joel Arturo Salazar